¡Hola! Creo que digo esto todos los meses, pero no puedo creer que ya sea mayo. El tiempo vuela, oh diosas, etcétera 😅Qué gusto que nos encontramos de nuevo. ¿Les he dicho que me alegra mucho que se tomen un momento para leerme? Gracias a ti que tomas un momento de tu día para poder leer lo que sea que tenga que decir, dilucidar o recomendar. En verdad, me hace muy feliz. Sobre todo porque siento que hay cierta conexión, que no es sólo que yo escriba palabras al aire, sino que hay una línea que conecta ambos puntos: mi escritorio con donde sea que me estás leyendo. Y eso hace que quiera escribir mejor, no forzosamente más bonito o lírico o melodioso, sólo, mejor. ¿Con qué objetivo? Simplemente ir perfeccionando este arte de la palabra escrita.
Creo que nunca he contado cómo o por qué empecé a escribir. En algún otro blog o quizá en mi ya extinta revista sí conté un poco, pero es una historia que creo que siempre se puede revisitar.
Un dato curioso es que cuando empecé a escribir cuentos e historias breves con más asiduidad, es decir por ahí de 1° de secundaria, escribía en inglés porque sentía que tenía un vocabulario más amplio en ese idioma que en mi lengua materna. ¿Por qué? Pues estudié toda mi educación básica en escuelas bilingües. Antes de entrar a 1° de primaria, tuve un año de puro inglés y fue donde me enseñaron a leer y escribir. Luego, en 1° ya tenía la mitad de mis clases en español y la otra mitad en inglés. Y fue un choque cultural muy fuerte para mí. Leer y escribir en español me costaba trabajo, porque de repente todos los sonidos y significados de las letras eran otros. Ahora, hay que considerar que yo de muy niña casi me quedo sorda, por una inflamación severa del canal auditivo. Me tuvieron que someter a cirugía y estuve en terapia de lenguaje todo el kínder y parte de la primaria. No sé qué tanto tuvo eso que ver con que me costara relacionar los sonidos en español con el alfabeto, pero mi maestra de Español le dijo a mis papás que yo nunca iba a poder leer o escribir más allá de lo más básico. Y tantos años después, heme acá.
El caso es que siempre me estuve contando historias. Me inventaba cuentos que ilustraba y encuadernaba (entiéndase: engrapa entre portadas que hacía de cartulina) desde primaria y en secundaria empecé a escribir cuentos de horror en inglés, porque sentía que lo que quería expresar se podía decir mejor en ese idioma.
Ya en prepa fue que empecé a escribir más en español. Escribía mucha poesía y de hecho me gané un premio por un soneto (que no pretendo compartir porque es cursi y angsty como la fregada). Inicié mi antología de cuentos gracias a que tomaba un taller de Creación Literaria, y empecé a bosquejar una novela de fantasía.
La antología de cuento tengo pendiente acabar de revisarla con las correcciones que mi querido amigo Alberto hizo. La novela ha cambiado tanto a lo largo de los años que en estas semanas voy a trabajarla en el Reto de Escritura 2025 que lanzamos Laura Logar y yo.
¿En qué consiste el Reto de Escritura? En lograr escribir 25,000 palabras en julio. Es una novela corta o el arranque de una novela normal, aproximadamente. Lo que estamos haciendo ahorita en el periodo de preparación es acompañarnos en un grupo de Telegram con ejercicios y con definiciones para poder darle guía a nuestras palabras. Si te interesa, puedes sumarte, es una actividad gratuita.
Como acompañamiento recomiendo mucho buscar sesiones de escritura acompañada, como las que convida Abi de Archiconservas o las beforas.
Oigan, tengo mucho que contarles de abril porque fue un mes I N T E N S O, pero primero, las recomendaciones de este mes.
Para leer
The imaginary corpse de Tyler Hayes es una novela que me gustó muchísimo. Tippy el tricératops es habitante del StillReal, el lugar a donde van a parar los amigos imaginarios que son demasiado reales para desaparecer, pero demasiado pequeños para ser parte del imaginario colectivo (digamos, como Superman). Tippy es un detective cuya vida se pone de cabeza cuando presencia un asesinato real y se lanza a investigar qué diablos pasó. Con un mundo con reglas muy particulares, es una historia que reflexiona mucho sobre el duelo y el sentido de la vida, pero todo a través de amigos imaginarios.
Ahora sí leí Careless people (del cual les dejé un reel en mi Instagram) y no saben la enojada que me di por todo el tejemaneje asqueroso dentro de Facebook. No sé qué calificación ponerle, porque como dije en mi reseña, hay cosas que no le compro a la autora, pero creo que sí es una lectura necesaria.
Para escuchar
No sé por qué, pero me obsesioné con el álbum Beneath the skin de Of Monsters and Men. Creo que cuenta mucho que sus álbumes cuentan una historia y eso siempre me ha fascinado.
Todo el soundtrack de la serie High Potential me encantó. ¿Pero saben qué soundtrack está de volar la cabeza? El de la serie Paradise.
El episodio más reciente del podcast reflexiona mucho sobre la migración. Recomiendo mucho que lo escuchen, porque además, es cortito.
Para ver
Definitivamente High Potential y Paradise son series que valen la pena. Muy distintas una de la otra. Ambas ya están completas en Disney+. La primera tiene 13 episodios, la segunda sólo 8 pero advierto que el séptimo capítulo es cardíaco.
Estoy haciendo un re-run de This is us, serie creada por Dan Fogelman (quien también creó Paradise). Esta serie terminó hace un par de años, pero yo nunca terminé de verla, me quedé en el final de la tercera temporada y estoy emocionada de ver cómo termina (son 6 temporadas) porque Folgeman es un gran storyteller. También es en Disney+
Vi la primera temporada de Reacher y me gustó un montón. Ya sé que llego tarde porque acaba de salir la tercera, pero bueno, llegué. Si les gustan las series de acción, recomiendo verla. Está en Amazon.
El progreso no siempre es visible, pero es evidente
Llevo un año entrenando fuerza con mi bella coach. Pero no veo cambios físicos como bajar de peso o de talla. A veces me frustra mucho, porque no me gusta lo que veo en el espejo (pero estoy trabajando en ser más amable conmigo misma y con mi físico).
El mes pasado les dije que me iba a Costa Rica con mi amiga Ave. Íbamos de retiro de yoga, pero aprovechamos para quedarnos 3 noches en San José antes de irnos a la provincia de Venecia donde era el retiro.
Caminamos muchísimo, hicimos senderismo y también yoga intenso con calor y humedad de casi 100%. ¿Y saben qué? No sólo aguanté perfecto, me sentí muy bien. Obvio me cansé, pero nunca hubo un momento que dijera “no puedo”. Ahí está el progreso. El año pasado que fuimos a Bacalar, la actividad física fue menos, y aúna sí me cansé terriblemente. En cambio, esta vez caminé muchísimo (subidas y bajadas), hice yoga y disfruté mucho. Qué fuerte es mi cuerpo y sobre todo, qué bonito es darse cuenta. Ahí están los resultados de no ser perfecta, pero sí hacerlo. Hace poco vi a una coach gringa decir “just show up”. Y creo que eso es lo importante: preséntate (contigo misma) y hazlo.
Esa condición física me permite jugar con G (que como escala tres veces a la semana ya está bien fuerte), disfrutar el hacer una mascarada con mis amigos y aventármela parada casi toda la noche y sobre todo, me ayuda a cuidar de mi yo del futuro.
Esto se está extendiendo mucho y aún no les cuento de la mascarada o de que fuimos a ver a Lady Gaga de improvisto (gracias a la buena suerte de H), pero de eso les contaré en el blog.
Les cuento, eso sí, que estoy replanteando el blog y el tipo de comunidad que estoy buscando armar. Aún estoy en la construcción del plan, pero serán los primeros en enterarse, lo prometo.
Muchas gracias por acompañarme. Espero que mayo sea un muy buen mes para todos. Nos encontramos en junio.