Sin disciplina no hay talento capaz de florecer. Dicho con otras palabras, el escritor nace, pero también se hace. Aquí la discusión queda abierta, porque ¿cómo y dónde se hace?
—Ethel Krauze[1]
Escribo desde que tengo memoria, o tengo memoria desde que escribo. Es una frase que he dicho desde hace mucho, mucho tiempo. Porque es cierta: desde niña escribía cuentos, en secundaria empecé a escribirlos en inglés y en prepa empecé a escribir poesía. Cuando surgió el mundo de las bitácoras personales, o blogs, a inicios de este siglo de forma más accesible, empecé a escribir un diario virtual. Primero en el ya perdido servicio de MSN con mi cuenta de Hotmail (para que se den una idea de mi edad) y luego en Blogger, Wordpress y Medium. En esos ayeres yo no tenía el conocimiento necesario para ir migrando cada sitio y mantener el registro. Pero si lo hubiera hecho, tendría más de 20 años de historias, reflexiones, dolores y caos para presentarle al mundo.
Mi entrada al mundo laboral godín más en serio, en mis 30’s en el mundo de la publicidad digital y las agencias, hizo que dejara de escribir con la constancia que lo hacía. Eso, y tener una que otra (ex)pareja que me reclamaba mi amor por las letras. Porque al final mi primer gran amor en esta vida han sido las letras a través de la lectura y la escritura, y después todo lo demás.
Hoy, con 40 años, tres cuentos publicados en antologías y una revista disponibles para su lectura, una novela terminada que anda buscando hogar y otra en proceso, creo que la mejor forma de resistencia en un mundo de capitalismo voraz como el que vivimos es haciendo comunidad alrededor del arte. Como dijera Ethel Krauze:
“No es inocua la literatura. No es un pasatiempo o diversión. Transforma de raíz tu vida porque afina tu sensibilidad y te vuelve exigente y apasionado”[2]
Este camino, el de la escritura, nos han enseñado que es solitario. Pero si algo he aprendido de dialogar con escritoras como Elaine Vilar Madruga o Aura García-Junco y de participar en espacios como la Compañía para tus textos de Gabriela Damián Miravete o las sesiones de escritura acompañada de Archiconservas, es que eso es una falacia. Escribir en comunidad nos ayuda a no desistir. Se requiere diálogo para tener eco de las ideas, salir de atolladeros, encontrar errores y compartir inspiraciones. El tener una comunidad a quién recurrir y tener fechas y horas separados para escribir también es crear la disciplina. No podemos esperar a que la musa nos encuentre o trabajar sólo cuando hay inspiración: escribir es un arte que se trabaja, que requiere de constancia y de tener lecturas y charlas para alimentarse.
Por eso quiero crear esta comunidad de escritura. La Escribidera es un espacio para toda persona que desee escribir en comunidad. Una comunidad que quiera apoyar a otros escritores, que busque inspiración, diálogo, y claro responsabilidad (accountability) para no desistir. Pero también comprensión y cuidado para entender sus textos y darles buen camino.
¿Qué busco que sea La Escribidera?
Ante todo, como ya dije, una comunidad. No buscamos la perfección, sino la constancia. No importa si ya has sido publicadx anteriormente o apenas estás empezando, el chiste es que formemos comunidad.
Los ejes en los que quiero fundar este espacio son la constancia, la inspiración y la responsabilidad. Si te interesa ser parte de esta comunidad, es muy sencillo.
Inspiración Empezando el lunes 2 de junio, el primer lunes de cada mes encontrarás en este Substack ejercicios de escritura creativa y algo que inspire. Puede ser una lectura, una cita, un artículo, una película, un libro. Será un post gratuito. Si quieres más posts (cada lunes) estarán en el nivel de paga.
Constancia En julio, junto con Laura Logar, convidaré un reto de escritura con el fin de escribir 25,000 palabras en un mes. Ya estamos haciendo la preparación en Telegram dando algunas notas sobre los tipos de narradores, personajes, rutinas para escribir y más. Esto es 100% gratuito. Igual empezaré a armar sesiones de escritura acompañada (bloques del día apartados para escribir) y sesiones de presentación y corrección de ideas (más al estilo de taller de escritura creativa). Igual podrás encontrar artículos y recursos dedicados a la escritura en este Substack.
Responsabilidad Quiero iniciar un programa de “cómplices de responsabilidad escritora”, porque nada que inspire más que tener una fecha límite de entrega y alguien a quién responderle. De la misma forma, iré compartiendo aquí mis avances con mi propia escritura 2 miércoles de cada mes.
Ahora esto es sólo para empezar, porque soy bien ambiciosa en mis ideas. Buscaré que haya cosas gratuitas y que el nivel de paga sea accesible. Igualmente, cuando convide talleres o espacios de trabajo, así como sesiones 1 a 1, quienes estén suscritxs en nivel de paga contarán con un descuento.
Hagamos comunidad
Estoy en contra de la perfección, porque creo que aspirar a la perfección mata mucho de la creatividad. Sin embargo, busco que seamos una comunidad de gente que disfruta escribir, compartir y sentirse vistx por más personas que le entienden. Ojalá sientas que este espacio es para ti. Mi compromiso es con gestionar un espacio de resistencia escritora que sea amable con todxs, un lugar seguro para compartir e intercambiar ideas y letras.
Si esto te resuena, es momento de que te suscribas a La Escribidera y estés atentx a próximas publicaciones. Bienvenidx.
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[1] Ethel Krauze. Desnudando a la musa: ¿qué hay detrás del talento literario? Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Colección Centauro. Primera edición. 2011. Página 11.
[2] Ethel Krauze. Cómo acercarse a la poesía. Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Primera reedición. 2002. Página72.